Son mi inspiración los libros de arte; los vendo con placer y recibo satisfacción al pintar rodeado de ellos. Oigo sus cuitas y deseos mientras intento captar su sentido. Trazo, ensucio, emborrono, descifro y me emociono cuando estas acciones cohabitan en un lienzo. A veces hay respuestas inesperadas de la mano levantisca que se niega a mi razón; autónoma, caprichosa y libre me subyuga y arrebata al observar que surge un doble donde yo no quería. El lienzo/espejo que me mira y seduce.
Carmelorro, me encanta el de la salida del sol en Campaspero, para la pared de la que hablamos, ahora tu me puedes dar ideas
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